+ No te acostumbres a mí.
- ¿Cómo?
+ Que no te acostumbres a mí, ni a mi risa, ni a mi hiperactividad, ni a mis besos, ni a mi olor. No te acostumbres a cómo te miro o te dejo de mirar, no te acostumbres a mi cara cuando me haces enojar, no te acostumbres a mis enojos, no te acostumbres a mis abrazos tan fuertes que parece que te voy a desarmar, no te acostumbres, ni a que no te suelte la mano jamás. Simplemente no te acostumbres.
- ¿Y eso a qué viene?
+ Viene a que yo ya me acostumbré a todo lo tuyo, y si lo pierdo lo pasaría mal, y no quiero que la pases mal, nunca.